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Entrenamiento cruzado, algo más que salir a correr

Puede que a estas alturas estés un poco harto de salir a correr como única forma de entrenamiento. Te presentamos este método que no solo te hará mejorar sino que te sacará de la rutina

03/08/2016

El entrenamiento cruzado es una propuesta que gana adeptos por momentos. Se trata de seguir un entrenamiento que combine diferentes disciplinas para así, entre otras cosas, romper con la rutina, disminuir el riesgo de sobreentreno y de sufrir lesiones, y de entrenar diferentes zonas musculares que quizás no se trabajan específicamente con las tiradas largas o cortas y que pueden aportar beneficios en el rendimiento en carrera.

Como siempre decimos, lo ideal a la hora de plantearse un entreno es contar con algún tipo de supervisión y asesoramiento profesional para afrontar los cambios en la rutina con garantías tanto de éxito como de evitar hacernos daño.

Para los corredores lo ideal es introducir elementos innovadores como por ejemplo la natación, las mancuernas o el ciclismo. Aunque lo fácil puede ser pensar que al dejar de correr podemos perder un punto de velocidad o de resistencia, la realidad pasa por el hecho de que haciendo ciclismo se potencian los cuádriceps y con ello mejoramos el rendimiento de nuestras piernas. Por citar un ejemplo.

A partir del conocimiento personal y de algunas aportaciones de este interesantísimo artículo de www.labolsadelcorredor.com, compartimos con vosotros algunos aspectos a tener en cuenta para pasaros al entrenamiento cruzado.

  • Rompe con la rutina: Si llevamos mucho tiempo centrando nuestro entrenamiento en salir a correr o bien acumulando carga de kilómetros o apretando para mejorar ritmos, lo cierto es que puede empezar a parecernos aburrido. Y el aburrimiento es uno de los peores enemigos en el mundo del ‘running’ ya que acarrea la falta de motivación y pone en peligro la disciplina a la hora de seguir una serie de entrenamientos que nos acerquen al objetivo. No hace falta convertirse en Alberto Contador o Michael Phelps de la noche a la mañana. Se puede empezar por incluir unas series o ratos de bicicleta, piscina o playa progresivamente.
  • Aprovecha las estaciones del año: Cada momento tiene su actividad especial. Por ejemplo, estando ahora en verano un buen sustituto de esos entrenamientos que culpa del calor se vuelven todavía más largos y aburridos son las actividades relacionadas con el mar. Alquilar un kayak o una tabla para hacer Stand Up Paddle Surf con sus correspondientes horas puede llegar a sustituir una sesión en el gimnasio y es algo que en invierno o en épocas más frías puede que no nos apetezca tanto. Un ejemplo en invierno es el snowboard o salir a esquiar.
  • Recuperación más rápida de lesiones: El hecho de poder trabajar diferentes grupos musculares en diferentes disciplinas permite que si un corredor o corredora tiene molestias en una zona pueda seguir entrenando si cambia la rutina. La bicicleta elíptica o la natación descarga mucha presión de las piernas y viene bien para aquellos que van muy cargados. Además, previene lesiones ya que al reforzarse otras zonas que no se trabajan con entrenamientos básicos, la preparación es mucho mejor.
  • Mejora global: Es muy difícil que llegues a los Juegos Olímpicos únicamente pasándote a los entrenamientos cruzados pero lo cierto es que notarás una mejora global que en un periodo medio o medio-largo te colocará por delante de los que hasta ahora eran tus compañeros de marca.

Estas son las primeras pinceladas muy básicas del mundo del entrenamiento cruzado. Tal y como te decíamos al principio lo mejor es que estés asesorado por un profesional cualificado que no solo te guiará, sino que además te corregirá los posibles errores, ahorrándote algún disgusto.

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