Seguro que la mayoría de vosotros conocéis de qué se trata y ya habéis hecho varias pruebas de esfuerzo. Para un deportista, tanto si compite como si no, hoy en día la realización de la prueba de esfuerzo y revisión médica anual es fundamental. 

Para los que no habéis pasado por las manos de vuestro médico, seguro que por televisión habéis visto a futbolistas y otros deportistas, cuando fichan por un nuevo club, hacer la revisión médica y la típica imagen del deportista corriendo en una cinta lleno de electrodos con una camiseta de rejilla. Esa es la prueba de esfuerzo más común.

¿En qué consiste la prueba de esfuerzo?

Se trata de un procedimiento que valora cómo responde nuestro cuerpo a la actividad física. Analiza parámetros físicos y metabólicos que nos van a proporcionar información muy valiosa sobre nuestra salud y sobre nuestras capacidades para hacer deporte.

De ella, no sólo extraemos si tenemos problemas de salud (cardiovasculares, pulmonares..) si no también datos muy importantes sobre nuestras capacidades que nos serán de gran ayuda para rendir más y lograr objetivos con mayor rapidez.

Así que ya sabes, si eres deportista y aún no te has hecho una prueba de esfuerzo, pide cita con tu médico. No sabemos si tenemos algún problemilla de salud que ante un sobre esfuerzo puede hacer que acabemos en el hospital, y toda prevención es poca.

Al final es deporte, debe ser salud. En más de una ocasión habréis oído que deportistas han tenido que abandonar una competición por problemas de salud y alguno también ha fallecido, así que PRECAUCIÓN!!

Además, la revisión médica suele ir acompañada de un análisis de sangre, que aportará datos sobre si nuestra alimentación es correcta y nuestro estado (si nos excedemos en dulces o embutidos y nuestro colesterol estará elevado, si bebemos poca agua la creatinina puede estar alterada, si nos excedemos en alcohol nuestro hígado puede sufrir..). Estos son los pasos a seguir: 

- Eco cardiograma, que descartará problemas congénitos y estructurales.

- Valoración corporal, peso y talla e IMC (índice de masa corporal) y los pliegues cutáneos con ayuda de una pinza, nos dirán como vamos de grasa y músculo.

- Medición de tensión arterial, pulso y auscultación pulmonar.

¿Cómo se hace la prueba de esfuerzo?

Empieza con la colocación de los electrodos para medir el ritmo cardíaco y una camiseta de malla para mantenerlos en su sitio y a la cinta. En ocasiones se acompaña de una mascarilla para medir consumo de gases  (oxígeno que consumimos y dióxido de carbono que eliminamos por la respiración) que sería el porcentaje de oxígeno que aprovechamos cuando hacemos deporte. Y también se suelen hacer mediciones de lactato.

Luego empezamos a caminar a ritmo suave sobre la cinta y el médico irá valorando nuestros valores de tensión arterial, pulso y electrocardiografía. Progresivamente irá subiendo intensidad y pendiente. Tu debes decirle en todo momento cómo te sientes y si aparece alguna sensación extraña.

Al finalizar, nos mantendremos unos minutos sobre la cinta para ver cómo recuperamos y nos darán los resultado sobre cómo ha ido y si somos aptos para la actividad deportiva.

Descartados los problemas de salud la prueba de esfuerzo nos aporta datos muy útiles para nuestra actividad deportiva:

VO2 máxima: Consumo máximo de oxígeno que nuestro cuerpo puede procesar. Mayor volumen, mayor resistencia. Este dato nos será útil para saber cuál es nuestro nivel de resistencia.

Frecuencia cardíaca máxima: Nos ayuda a calcular en % pulsaciones, las cargas del entrenamiento o saber a qué velocidad de carrera alcanzaremos el límite de nuestro corazón.

Umbral aeróbico (VT1): Aporta información sobre pulsaciones y a qué velocidad estamos utilizando de forma mayoritaria el metabolismo aeróbico. Esto nos servirá para establecer la intensidad de nuestros rodajes en los entrenamientos, esa velocidad con la que nos sentimos cómodos entrenando y con la que podemos aguantar mucho tiempo.

Umbral anaeróbico (VT2): Es el punto de transición entre el uso mayoritario del metabolismo aeróbico y anaeróbico. Ese punto en el cual empezamos a acumular más fatiga y ácido láctico. Sabiendo las pulsaciones y velocidad de nuestro umbral anaeróbico, podemos hacer una aproximación sobre a qué velocidad máxima podemos correr sin acumular fatiga.

Así que ya sabéis deportista, cada año revisión médica anual, para disfrutar del deporte sin correr riesgos. Y si te inicias en la actividad deportiva (sea cual sea), también, pasa una revisión medica que asevere que somos aptos para practicas deporte.

Ya habéis visto cuantos deportistas han perdido la vida con el deporte, PREVENIR ES VIVIR! 

Nosotros, en este año, hemos hecho la revisión médica en Menorca, en Clínica Juaneda con los doctores Salom (Medicina Deportiva) y Sánchez Lafraya (Cardiólogo). ¿y vosotros? 

Salud y muchos kilómetros!!

Lucía Barca y Héctor Carreras

Entrenamiento personal – Fisioterapia – Enfermería – Coaching Nutricional

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